El método es de lo mas fácil. Colamos el aceite de hipérico y echamos en un botecito de cristal limpio.
Os encantará ver el precioso color rojo que tiene.
Echamos cera de abeja virgen; la cantidad que echemos depende de lo consistente que queramos el ungüento. Tendremos en cuenta que si echamos demasiado poco el ungüento saldrá casi deshecho y si echamos mucho saldrá demasiado duro. También influirá la temperatura a la que vaya a estar expuesto el bote. A mas calor mas blando. Ponemos en un cazo una pequeña cantidad de agua, metemos el botecito y lo ponemos a calentar al baño maría. Removemos con un palillo hasta que la cera se haya derretido. Sacamos el bote y tapamos. Lo ponemos a enfriar en el frigorífico y en un rato ha solidificado. ¡Ya está listo para usar!

Por experiencia me he dado cuenta de que no es necesario añadir vitamina E para que no enrancie pues suele durar mucho tiempo a temperatura ambiente. Quizá alguien desee añadir unas gotas de aceite esencial de árbol de te u otro aceite esencial que pueda potenciar las propiedades que deseamos.
¡Muy importante! vuelvo a recordar que este ungüento no se debe aplicar en zonas que vayan a estar expuestas al sol, ya que puede ser fotosensibilizante, osea, puede provocar quemaduras o manchas. Por el contrario, usado en zonas donde no da el sol o en casa por el día o por la noche, puede curar quemaduras tanto solares como de otro tipo, curar heridas, irritaciones, picores,etc.
Eso si, siempre hay que hacer una prueba de alergia y echar una pequeña cantidad en algún pliegue de la piel antes de usar cualquier remedio.
Como siempre que puedo, he hecho un vídeo para que veáis el proceso.
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