Como ya sabemos la mayoría de los productos que nos venden
para el aseo personal están fabricados con petroquímicos y almizcles sintéticos
que no nos benefician en nada. De ahí la importancia de buscar alternativas, pues no solo hay que
hablar de los problemas si no también de las posibles soluciones.
Hoy os enseñaré una receta para hacer un champú sólido.
Quienes ya lo usan saben muy bien las ventajas de usarlo: deja un pelo
limpio, suave y libre de siliconas y tóxicos.
Este tipo de champús se hacen con tensioactivos de origen vegetal, aceites o mantecas, activos
de origen natural y aceite esenciales. La marca más conocida que vende estos
productos es “LUSH” https://www.lush.es/
Para nuestra receta de hoy utilizaremos:
- 11 cucharadas de coco sulfato de sodio
- 2 cucharadas de aceite de coco
- 2 cucharadas de infusión de manzanilla
- 6ml de hidrolizado de proteínas de seda
- 5ml provitamina B5
- Polvo de ortiga
- Unas gotas de aceite esencial de laurel
El coco sulfato de sodio es un tensioactivo derivado del aceite
de coco y se presenta en forma sólida. Su excelente formación de espuma hace
que sea muy agradable de usar. El aceite de coco hidrata y da brillo y fuerza
al cabello. El hidrolizado de proteínas de seda se obtiene por hidrólisis de proteínas de seda, es un excelente aditivo
para el tratamiento del cabello, gracias a su capacidad de retener el agua,
manteniendo el pelo sedoso, hidratado y nutrido. La provitamina B5, también conocida
como pantenol, repara y fortalece el cabello, lo hace más fuerte y brillante,
participa en el crecimiento del cabello y alivia el picor. El polvo de ortiga aporta minerales que ayudan a
fortalecer el cabello, ayuda a combatir la caída y es seboregulador. El a.e. de laurel es antibacteriano y
antifúngico.
Estos productos se pueden comprar por Internet en paginas como: http://www.aroma-zone.com/
http://www.granvelada.com/es/
http://www.jabonariumshop.com/
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En primer lugar mezclaremos las dos cucharas de infusión con
el coco sulfato de sodio majándolo bien en un recipiente hasta conseguir
integrar la mezcla. Añadimos el aceite de coco y procedemos igual (a veces se
hace necesario añadir alguna cucharada más de tensioactivo hasta conseguir una textura
más compacta). Añadimos la ortiga y seguimos manejando la pasta. ya solo
queda añadir los activos y el aceite esencial. Una vez integrados todos los
ingredientes se rellenan los moldes de silicona y se meten unos minutos en el
congelador. Una vez desmoldados ya se pueden usar, aunque yo prefiero esperar
un día para que pierdan algo de humedad y endurezcan más. Para almacenarlos los
envuelvo en papel de estraza, lo cual permite que respiren y que si sueltan
algo del aceite el mismo papel lo absorba. Yo no los guardo en botes herméticos
porque tienden a ablandar, y es conveniente cuando se usan mantenerlos en una
jabonera donde les de el aire para que no pierdan consistencia con la humedad.
Una vez aprendida la manera de hacer nuestro propio champú
sólido podemos experimentar con nuevos ingredientes y ver que nos va mejor para
nuestras necesidades. Por ejemplo se puede añadir polvo de peonía, o perejil,
usar aceites esenciales como el de limón, romero etc.
Os aseguro que el resultado es estupendo, no solo por la
espuma que hace y lo bien que deja el pelo si no porque no hace falta usar
mascarilla y una pastilla puede durar un
promedio de dos meses. Sale más barato que un champú comercial y no creamos
desperdicios como botellas de plástico ni contaminamos el medio ambiente. ¿Qué más
se puede pedir?
Os dejo un vídeo para que podáis ver el proceso y resultado.
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